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Destinos Truncados - Стругацкие Аркадий и Борис - Страница 35


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—Sus maestros no son nada corrientes —explico Pavor, con voz nasal, despues de estornudar.

—?Que tienen de poco corriente los maestros de aqui? —pregunto Viktor acordandose del director del gimnasio—. ?Se les olvida cerrarse la bragueta?

—?Que bragueta? —pregunto Pavor, clavando los ojos intrigados en Viktor—. Creo que no tienen bragueta.

—?Y que mas?

—?En que sentido?

—?Que mas tienen de poco corriente?

Pavor estuvo largo rato sonandose la nariz. Viktor sorbia ginebra y lo miraba con lastima.

—Veo que usted no sabe nada —dijo Pavor, mirando el panuelo mocoso—. Como senala justamente el senor Presidente, la habilidad fundamental de nuestros escritores es el desconocimiento cronico de la vida y el alejamiento de los intereses de la nacion... Usted lleva aqui mas de una semana. ?Ha estado en alguna otra parte que no sea la taberna o el sanatorio? ?Ha conversado con alguien que no sea el cerdo borracho de Kvadriga? Sabra Dios por que le pagan...

—Basta. Ya tengo suficiente con los periodicos. Mira al critico mocoso, al maestro sin bragueta...

—Ah, ?no le gusta? —repuso Pavor, satisfecho—. Esta bien, no sigo. Cuenteme como fue su encuentro con los ninos prodigio.

—No hay gran cosa que contar. Son como cualesquiera ninos prodigio...

—Entonces, ?que?

—Pues llegue, me hicieron unas cuantas preguntas. Temas interesantes, de adultos... —Viktor callo un momento—. En general, a decir verdad, me dieron con todo.

—?Que preguntas? —insistio Pavor, que miraba a Viktor con autentico interes, y al parecer con simpatia.

—No se trataba de las preguntas —suspiro Viktor—. Sinceramente, lo que mas me sorprendio es que son como adultos, pero no como cualquier adulto, sino como adultos del mas alto nivel. Una incompatibilidad infernal... —Pavor, comprensivo, hizo un gesto de asentimiento—. En una palabra, lo pase mal alli. No quiero ni acordarme.

—Esta claro. No es usted el primero ni el ultimo. Debo decirle que los padres de un nino de doce anos son seres que inspiran lastima, pues llevan sobre sus hombros innumerables preocupaciones. Pero los padres de aqui son algo especial. Me recuerdan la retaguardia de un ejercito de ocupacion en zonas de fuerte actividad guerrillera... De todos modos, ?que le preguntaron?

—Pues me preguntaron que es el progreso.

—Aja. Y en opinion de ellos, ?que es el progreso?

—Pues algo muy sencillo. Encerrarnos a todos en una reserva, para que no molestemos, mientras ellos, en libertad, estudian a Spengler y a Zurzmansor. Al menos, esa fue la impresion que saque.

—Pues si, puede ser asi —dijo Pavor—. Segun es el cura, asi son los creyentes. Usted habla de la aceleracion, de Zurzmansor... ?Y sabe que opinion tiene la nacion sobre eso?

—?Quien, quien?

—?La nacion! Dice que todas las desgracias vienen de los mohosos. Los ninos han perdido el juicio a causa de los mohosos...

—Eso es porque no tenemos judios en la ciudad —senalo Viktor; despues recordo al leproso que habia entrado en el salon, y como los ninos se habian puesto de pie, y el rostro de Irma—. ?Lo dice en serio?

—No lo digo yo —explico Pavor—. Es la voz de la nacion. Vox populi. Los gatos han huido de la ciudad y los ninos adoran a los mohosos, los visitan en la leproseria, pasan alli el dia y la noche, andan sin control, no obedecen a nadie. Les roban dinero a sus padres y compran libros... Dicen que, al principio, los padres estaban muy contentos porque los ninos no rompian los pantalones trepando vallas, sino que permanecian calladitos en casa, leyendo libritos. Sobre todo, con este tiempo tan malo. Pero ahora todos ya saben adonde ha llevado todo eso y quien lo armo. Ahora nadie se alegra. Sin embargo, siguen teniendo miedo de los mohosos y unicamente grunen cuando los ven pasar...

«La voz de la nacion —penso Viktor—. La voz de Lola y del senor burgomaestre. Conocemos esa voz. Gatos, lluvias, televisores. Sangre de recien nacidos cristianos...»

—No entiendo —dijo—. ?Habla en serio o bromea?

—?No lo digo yo! —repitio Pavor, con sentimiento—. Lo dicen en la ciudad.

—Se lo que dicen en la ciudad. ?Que piensa usted de todo eso?

—El flujo de la vida —dijo Pavor, misterioso, encogiendose de hombros—. Rumores mezclados con verdades. —Miro a Viktor por encima del panuelo—. No me considere un idiota. Mejor acuerdese de los ninos: ?donde ha visto ninos asi? O, al menos, tantos ninos semejantes.

«Si —penso Viktor—, ninos semejantes... Los gatos son una cosa, pero aquel leproso en el salon no era un gato en la lluvia. Hay una expresion que habla de un rostro, iluminado desde dentro. Irma tenia exactamente esa cara, y cuando habla conmigo, su rostro solo se ilumina por fuera. Y con la madre apenas habla, se limita a escupir entre dientes una mezcla de repulsion y condescendencia... Pero si todo esto es asi, si es verdad y no un asqueroso rumor, parece algo muy sucio. ?Que quieren de los ninos? Ellos son enfermos, gente condenada... y, en general, que desverguenza es esa, azuzar a los ninos contra sus padres, aunque sean padres como Lola y como yo. Basta ya, senor Presidente: la nacion esta por encima de los lazos filiales, la Legion de la Libertad es vuestro padre y vuestra madre, y el chiquillo va al puesto de mando mas cercano e informa de que el padre ha dicho que el senor Presidente es un tipo raro, y de que la madre ha dicho que las marchas de la Legion son un gasto absurdo de dinero. Y, para colmo, ahora aparece un senor de negro, mohoso, y sin preambulo proclama que tu padre es un cerdo borracho descerebrado, y tu madre una imbecil, una zorra. Supongamos que todo esto es verdad, pero de todos modos es una desverguenza. Eso no se hace asi, eso no les incumbe para nada, no son ellos los responsables de todo eso y nadie les pide que se dediquen a ese tipo de educacion... Es algo patologico... Y ni siquiera es educativo. ?Y si es algo peor? Un nino comienza a balbucear algo sobre el progreso, con sus labios rosados, se pone a decir cosas crueles, terribles, sin darse cuenta de que esta diciendo, pero desde su mas tierna edad se acostumbra a la crueldad intelectual, a la mas terrible de las crueldades que se pueda pensar, y ellos, con sus trapos negros atados sobre la cara que se les cae a pedazos, estan detras de ellos, tirando de los hilos... lo que quiere decir es que no existe una nueva generacion, que es el mismo juego sucio y antiguo con marionetas, y yo fui dos veces estupido cuando me sentia morir hoy en el estrado... Cuan vil es todo esto que llamamos nuestra civilizacion...»

—Quien tiene ojos, ve —decia Pavor—. No nos dejan entrar en la leproseria. Alambradas, soldados... Pero aqui, en la ciudad, se puede ver algo. He visto a los mohosos conversando con los ninos, y como se comportan esos ninos en ese momento, como se convierten en angeles, pero preguntales como llegar a la estacion de trenes y te miraran de la cabeza a los pies, con tal desprecio...

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